Su
nombre nos hace una clara alusión a la inspiración y la belleza. Resulta ser
que la denominación de las integrantes de la familia Heliconiaceae se desprende de la montaña griega
de Helicón, lugar de difícil ascenso por su topografía en espiral y al que
acudían las musas siendo éste su santuario. Dicho lo cual, parece que ya muchas
cosas cobran sentido al respecto de estas preciosas plantas.
Más
conocidas como heliconias, estas joyas
naturales hacen parte de una amplia y colorida familia que pertenece al orden
de las zingiberáceas. Entre ellas podemos encontrar más de una centena de
especies que se distribuyen geográficamente entre América Central, América del
Sur y muchas islas del Pacífico. Por ende, habitan lugares tropicales. Aunque
al leer esto no debes de pensar estrictamente en parajes donde predomina el sol
y la playa, de hecho muchas de las especies pertenecientes a la familia Heliconiaceae
habitan en lugares húmedos, bosques de niebla entre sus predilectos. Sus principales
características las hacen inconfundibles: son plantas con inflorescencia (disposición
de varias flores en un mismo tallo), con hojas dísticas (emergen en ambos lados
del tallo formando pares ordenados), brácteas de buena poción y con vistosos
colores, entre otros atributos.
Algunos
ejemplares de la familia Heliconiaceae son conocidos con nombres corrientes tales
como platanillo (por crecer muy cerca de platanales), ave del paraíso, por
cuanto tiene una belleza extraordinaria solo comparada con estas preciosas aves,
y muelas de langosta… bueno, basta que le eches un vistazo y le concederás la
razón a quien se le ocurrió la idea.
En
cualquier caso las hay por docenas con nombres más formales: Heliconia acuminata, Heliconia aemygdiana,
Heliconia angusta, Heliconia angustifolia, Heliconia aurantiaca, Heliconia
aurea, Heliconia hirsuta, Heliconia indica, Heliconia latispatha, Heliconia
lennartiana, etc., en fin, la lista es extraordinariamente larga, pero lo
cierto es que sus prendas se encuentran teñidas con los mejores colores de la
naturaleza.
Pero
eso no es todo. Su facilidad de cultivo, las variables formas de estas plantas
y sus caprichosas y resistentes inflorescencias las convierten en las
preferidas entre botánicos, aficionados a la jardinería y, desde luego, a los
ojos de quienes por vez primera se maravillan con su belleza. Asimismo, son
sumamente útiles para evitar la erosión, conservar la buena salud de
nacimientos de agua y para realizar destacados arreglos ornamentales: por ejemplo,
ofician como elegantes guardias de honor cuando se les dispone en flancos de
caminos o entradas.
Finalmente,
te dejamos un dato adicional. Las heliconias son generosas en ofrecer sustento
a diversas especies, tienen abundante néctar para colibríes, así que si en tu jardín o patio tienes buenos ejemplares
de ellas, estas primorosas avecillas no se resistirán a la tentación y te
alegrarán el día con su infaltable visita.
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